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EN MI NEBULOSA (Reflexiones desde mi lógica difusa)

Donde todo empieza...

Donde todo empieza...

Siempre me pasa lo mismo;  llega el final del curso, la asignatura o como se quiera llamar a nuestros ratillos en la uni y tengo la impresión de que es aquí y ahora donde todo empieza. Siempre llego tarde y  es  que me parece que las clases han pasado demasiado deprisa, igual que le sucede a un papel de periódico ardiendo… Llega el momento del trabajo final y aún me veo allí sentada el primer día de clase pensando ¿pero  por qué me he metido yo en esto? Y aquí estoy ahora, pensando en cómo podría ser el misterioso trabajo final…

 

Escribo ahora porque, por fin, parece que las cosas avanzan. Hemos llegado, más o menos, a decidir lo que queremos hacer aunque supongo que nuestro producto irá sufriendo pequeñas modificaciones a medida que lo realicemos pero bueno ¡ya está decidido! Nos ha costado pero lo hemos conseguido. O, al menos, a mí me ha costado… Ya sé que en estas cosas del aprendizaje colaborativo hay que disfrutar del proceso, pues es tan importante como el producto en sí pero este proceso, de verdad lo digo, estaba empezando a quemarme. Estuvimos unos días, no sé cuántos exactamente, proponiendo cosas, comunicándonos vía email diciendo que nos gustaba y qué no de las diferentes propuestas, etc. pero como comenta Mary en su blog, no sé si todos teníamos las mismas metas y objetivos. Las cosas empezaron a parecerme un diálogo de sordos, en el que todos decíamos que queríamos nosotros mismos pero no pensábamos en lo que querían los demás. Al menos esa es la sensación que tuve hasta el jueves.

 

Para mí  el jueves fue un día clave… Ese día, cogimos un tren (y no solo en sentido metafórico) que parecía llevarnos, al menos, a nuestra primera parada dentro de este trabajo que antes me parecía casi tortuoso pero que, ahora empieza a engancharme de verdad. Como dice una canción de Fito “yo he crecido cerca de las vías y por eso sé que la alegría y la tristeza viajan en el mismo tren”.  Ese día, como decía, llegamos a una idea que, creo,  nos convenció a casi todos, o al menos a todos los que estábamos presentes. Una idea que podía englobar parte de las anteriores y que, además, es fácilmente modificable para adaptarla a los intereses y motivaciones de cada uno.  Una idea que, a día de hoy, es como es gracias a las ideas de todos y que en un futuro próximo solo será un hecho tangible si todos colaboramos en varios aspectos. Y creo que hasta aquí puedo leer, porque no quiero adelantarme a los acontecimientos. Solo puedo decir, CONTINUARÁ…

2 comentarios

Alejandro -

Hola Val

Ese "diálogo de sordos", trascenderlo, gestionarlo, forma parte del aprendizaje colaborativo. Disfrutar de ello es un plus... dependerá de otras cosas, ja..

Bueno, tengo yo ganas de ver lo que hacéis. Eso sí, me alegro de que lo estéis experimentando. Tiene mucho que ver con la asignatura, a otro nivel, ¿no?

Un saludo

Alejandro

Lara -

yo lo que creo, es que el verse cara a cara es muy importante en estas cosas, porque a través de email no puedes interactuar igual, es un dialogo de sordos porque no te permite rebatir, comentar, aportar cosas nuevas en el mismo momento, no hay discusión, o por lo menos no hemos ayudado a que hubiera.

Tal vez haya influido las relaciones interpersonales que tenemos con la gente, y el pensar como dices las cosas para que no se sientan mal, por ejmplo: entre nosotras, podems decir muchas cosas, pero porque nos conocemos y sabemos el tono y cómo lo decimos aunque no nos veamos. En cambio con gente que la confianza no llega hasta este extremo, yo me preguntaba ¿Y si digo esto como se lo tomará? asi que por eso creo que se opta muchas veces por ese dialogo de sordos que comentas.

Aunque, ahora cmo dices ya estamos subidos en ese tren, nuestro objetivo: hacen tangible aquello que nos ronda por la cabeza....(y a ser complicado,eh?jajaja)